Memento - LA VOZ EN OFF

jueves, 28 de junio de 2012

Memento





En el año 2000, Christopher Nolan escribió y dirigió esta película basada en un relato corto escrito por su hermano Jonathan Nolan. La película supuso la carta de presentación de este realizador inglés quien llegaría a hacerse con una nominación al Óscar al mejor guión adaptado.

Leonard Shelby era un investigador de seguros hasta que su esposa fue asesinada. Aunque el caso fue cerrado, Leonard considera que el culpable todavía sigue libre y empezará a recopilar toda la información que pueda para dar con él y matarlo. Esta tarea se complica aún más por el hecho de que Leonard padece una rara enfermedad mental que le afecta a la memoria reciente y que le impide generar recuerdos nuevos más allá de 15 minutos desde el día del accidente.

Indiscutible obra maestra del género. Memento no solo supuso la llegada a Hollywood del que ahora es uno de los directores más cotizados de la industria, sino también la obra cumbre de un autor que no dejó de derrochar talento en todas sus obras posteriores.

La película comienza con una sorprendente escena que nos adelanta cuál va a ser el tiempo narrativo y el tono de la película. Una escena visualizada completamente hacia atrás en el tiempo, con una instantánea tomada por una cámara Polaroid que poco a poco va desapareciendo. Como un recuerdo que se pierde en el tiempo.

A través de un montaje que alterna la narración lineal con una historia contada a la inversa, Nolan rompe con los cánones narrativos para meternos en la piel del protagonista. El efecto, que en otros films se antoja caprichoso y pretencioso, se justifica plenamente por la condición psicológica de su protagonista y funciona a la perfección como laberinto cinematográfico.

Memento es un puzzle, un reto al espectador más observador. Una película que invita a formar parte de ese maquiavélico juego sin trampas, respetando la inteligencia de quien contempla la pantalla, sin secretos y sin trucos. Desde un principio muestra todas sus cartas y aun así contemplamos los sucesos con asombro y admiración.


La película es además un excelente thriller que embauca con una historia apasionante de búsqueda de la verdad y de la venganza. Las interpretaciones del reparto entero son excelentes. Destaca por su papel principal Guy Pearce como el desmemoriado Leonard.

Memento es un grandioso dibujo de la obsesión y de la desconfianza, tanto en uno mismo como en los demás. Una triste historia sobre los objetivos que dan sentido a nuestras vidas. Christopher Nolan, como ya hiciera en su ópera prima Following, presenta los rasgos comunes de su filmografía: protagonistas afectados por un pasado traumático como puede ser la pérdida de un ser querido, obsesiones autodestructivas, continuos saltos temporales, etc. La imagen recurrente y casi alucinatoria de la mujer del protagonista ahogándose, empleada como motivación y causa de la obsesión, constituye un efecto que posteriormente sería utilizado en sus películas siguientes: la camisa empapándose de sangre en Insomnio, los murciélagos de Batman Begins, así como las vías del tren o la copa rota en Origen.

La película únicamente presenta las taras propias de un film de bajo presupuesto, como una belleza visual limitada, perfectamente compensada por la impecable dirección de Nolan, o una banda sonora bastante sencilla pero efectiva.

Estamos pues ante una película de obligado visionado. Memento es puro cine. Un film que absorbe y no deja indiferente a nadie.



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